Apunts entre la matinada i el Malson electorals

N’hi haurà temps per a l’anàlisi, però a aquestes hores de la matinada crec que podem constatar alguns fets, preveure dues conseqüències i, sobretot, formular unes quantes preguntes: Primer, les dades, els fets: Encara que a molts ens sorprenga i ens dolga, el PP de Rajoy ha guanyat de llarg les eleccions en millorar els seus resultats de desembre. Tindrà 14 diputats més i majoria absoluta en el Senat (130 senadors). Pel que fa a les dades sobre els vots, el PP obté quasi huit milions de vots (7.902.000), el PSOE quasi cinc i mig (5.423.324), Unidos Podemos cinc milions i C’s poc més de tres milions. Una dada rellevant és que qui perd vots és sobretot la coalició Unidos Podemos (quasi milió i mig). La llei electoral bloqueja les possibilitats de canvi. Ho ha subratllat el constitucionalista Miguel Presno en posar de manifest tres dades: el PP, amb 33,02% vots, aconsegueix 39,14% d’escons (137). El PSOE amb 22,68% vots té el 24,2% d’escons (85). Unidos-Podemos amb 21,11% vots, el 20,28% escons (71). L’abstenció arrossegà un milió dos-cents mil ciutadans més que al desembre. S’imposen, al meu parer, dues conseqüències: 1) Ara, Rajoy ja li pot escriure a Juncker per a dir-li que endavant amb les retallades i les sancions i que la majoria dels espanyols estaran molt contents que així siga, perquè li donen suport aclaparadorament i, per tant, li donen carta blanca per a seguir amb reformes laborals, buidatge de la caixa de pensions i altres foteses… 2) Els refugiats hauran de seguir confiant en el treball de voluntaris i ONGs com MSF o Save the Children, perquè de part del més que probable Govern Rajoy, ja poden esperar en va una altra cosa que les seues mesquineses i mentides habituals I, per fi, cal formular ja algunes preguntes • S’empassaran Albert Rivera i C’s el seu veto a Rajoy per a formar el govern de dretes en honor de l’»estabilitat»? Farà el cor dur amb la seua exigència de modificar la llei electoral, que tant penalitza els partits com el seu? Perquè si espera que un Govern de Rajoy impulse aqueixa reforma, haurà d’anar a Santa Llúcia perquè li conserve la vista • * Veurem el PNB recórrer al seu pragmatisme i ideologia conservadora, per a permetre un Govern de la dreta espanyolista (PP de Rajoy+C’s de Rivera), a canvi de concessions econòmiques? • * Donarà mostres Coalició Canària de la seua “flexibilitat” i donarà suport també al PP i a Rajoy, després d’haver votat a favor de la investidura de Sánchez? • * Revisarà Podemos la seua dependència de l’hiperlideratge d’Iglesias i la seua aposta per referendar el dret d’autodeterminació a Catalunya i més, si vol governar a Espanya? S’obrirà un procés dins de Podemos per a revisar el paper d’Iglesias i la seua estratègia? S’abandonarà l’estratègia d’annexió d’IU, o reconeixeran que la posició d’Errejón era més encertada? • * ¿Es mantindrà la perspectiva intrapartidista de Sánchez en el PSOE, que mostra la seua satisfacció pel fet de no haver sigut superats per UP, i deixa a banda el reconeixement que han perdut 5 escons en els pitjors resultats de la història del PSOE i que, a Andalusia, han perdut per tres escons davant el PP? Es mantindrà Sánchez en la secretaria general, després de la derrota de Susana Sánchez? • * Seguirà sostenint Alberto Garzón que la submissió d’IU a Podemos ha sigut una estratègia encertada? Dimitirà com a coordinador de l’encara formalment existent IU o explicarà el conte que han millorat el seu resultat? * Els politòlegs, les empreses de sondejos i els tertulians han/hem errat de llarg. Quants ho reconeixeran? • * N’hi haurà illes o fins i tot arxipèlags suficients per als qui volguérem passar almenys una temporada aliens al mandat ibèric de Rajoy o ens acontentarem amb l’exili interior i allò de la resistència, en la qual el president en funcions ha demostrat la major perseverança contra tot pronòstic?

APUNTES DE LA MADRUGADA ELECTORAL

Tiempo habrá para el análisis, pero a estas horas de la madrugada creo que podemos constatar algunos hechos, prever dos consecuencias y, sobre todo, formular unas cuantas preguntas:

Primero, los datos, los hechos:

Aunque a muchos nos sorprenda y nos duela, el PP de Rajoy ha ganado de largo las elecciones al mejorar sus resultados de diciembre. Tendrá 14 diputados más y mayoría absoluta en el Senado (130 senadores). Por lo que se refiere a los datos sobre los votos, el PP obtiene casi ocho millones de votos (7.902.000), el PSOE casi cinco y medio (5.423.324), Unidos Podemos cinco millones y C’s poco más de tres millones. Dato relevante es que quien pierde votos es sobre todo la coalición Unidos Podemos (casi millón y medio).

La ley electoral bloquea las posibilidades de cambio. Lo ha subrayado el constitucionalista  Miguel Presno al poner de manifiesto tres datos: el PP, con 33,02% votos, consigue 39,14% de escaños (137). El PSOE con 22,68% votos tiene el 24,2% escaños (85). Unidos-Podemos con 21,11% votos, el 20,28% escaños (71).

La abstención arrastró a un millón doscientos mil ciudadanos más que en diciembre.

 

Se imponen, a mi juicio, dos consecuencias:

1) Ahora, Rajoy ya le puede escribir a Juncker para decirle que adelante con los recortes y las sanciones y que la mayoría de los españoles estarán muy contentos de que así suceda, porque le respaldan abrumadoramente y, por tanto, le dan carta blanca para seguir con reformas laborales, vaciamiento de la caja de pensiones y demás fruslerías…

2) Los refugiados tendrán que seguir confiando en el trabajo de voluntarios y ONGs como MSF o Save the Children, porque lo que es del más que probable Gobierno Rajoy, ya pueden esperar en vano otra cosa que sus mezquindades y mentiras habituales…

 

Y, por fin, cabe formular ya algunas preguntas:

* ¿Se tragarán Albert Rivera y C’s su veto a Rajoy para formar el gobierno de derec,ha en aras de «estabilidad»? Hará de tripas corazón con su exigencia de modificar la ley electoral, que tanto penaliza a partidos como el suyo? Porque si espera que un Gobierno de Rajoy impulse esa reforma, deberá ir a que Santa Lucía le conserve la vista

* ¿Veremos al PNV echar mano de su pragmatismo e ideología conservadora, para permitir un Gobierno de la derecha españolista (PP de Rajoy+C’s de Rivera), a cambio de concesiones económicas?

* ¿Dará muestras Coalición Canaria de su “flexibilidad” y apoyará también al PP y a Rajoy, tras haber votado a favor de la investidura de Sánchez?

* ¿Revisará Podemos su dependencia del hiperliderazgo de Iglesias y su apuesta por referenda de derecho de autodeterminación en Catalunya y más, si quiera gobernar en España? Se abrirá un proceso dentro de Podemos para revisar el papel de Iglesias y su estrategia? Se abandonará la estrategia de anexión de IU o reconocerán que la posición de Errejón era más acertada?

* ¿Se mantendrá la perspectiva intrapartidista de Sánchez en el PSOE, que muestra su satisfacción por el hecho de no haber sido superados por UP, dejando aparte el reconocimiento de que han perdido 5 escaños en los peores resultados de la historia del PSOE y que, en Andalucía, han perdido por tres escaños frente al PP? Se mantendrá Sánchez en la secretaría general, vista la derrota de Susana Sánchez?

* ¿Seguirá sosteniendo Alberto Garzón que el sometimiento de IU a Podemos ha sido una estrategia acertada? Dimitirá como coordinador de la aún formalmente existente IU o contará el cuento de que han mejorado su resultado?

* Los politólogos, las empresas de sondeos y los tertulianos han/hemos errado de largo. Cuántos lo reconocerán?

* habrá islas o incluso archipiélagos suficientes para los que quisiéramos pasar al menos una temporada ajenos al mandato ibérico de Rajoy o nos contentaremos con el exilio interior y aquello de la resistencia, en la que el presidente en funciones ha demostrado la mayor perseverancia contra todo pronóstico?

 

ALIVIO PARA LA IMPOTENCIA

Aunque pueda parecerlo, esto no es un mensaje comercial de laboratorios farmacéuticos. La impotencia es, será, el motivo de muchos de los votos que se producirán este domingo, el voto reactivo, decidido por el sentimiento de indignación o frustración que embarga hoy a muchos ciudadanos tras la legislatura de mayoría absoluta del PP. Y aún más, después de la prórroga de medio año que consiguió el Gobierno Rajoy, ante la incapacidad/ausencia de voluntad por parte de nuestros representantes para gestionar los resultados del 20 de diciembre.

Una parte importante de esos votantes –hasta 3 millones, según el sondeo de demoscopia del pasado viernes- van decidir si frenan la caída del PSOE, o si la profundizan, pasando su voto a C’s, UP, o incluso al PP. De ese resultado dependerá el color del Gobierno de inevitable coalición que habrá de constituirse. Y no es en absoluto descartable que no sea el de la confluencia de las dos fuerzas de izquierda (UP y PSOE) que, sumadas, parecerían tener a su alcance esa opción.

Muchos ciudadanos sumarían así impotencia sobre impotencia, porque -también según todos los sondeos- esa sería la coalición de Gobierno que preferirían la mayoría de los votantes y la que obtendría mayor respaldo parlamentario. Una coalición que se vería frustrada por los antagonismos entre los líderes de UP y PSOE y las diferencias en sus programas que, la verdad, son menores que las convergencias. Sobre todo, menos importantes que el objetivo básico: tener un Gobierno alternativo al que hemos sufrido en los últimos 4 años y medio.

Comprendo, claro, las razones de la mutua desconfianza entre los dos partidos. Es evidente, por mencionar sólo un dato, que el PSOE no puede aceptar el horizonte de posibles referenda de autodeterminación en Catalunya, Galicia, el País Vasco: para quienes siguen pensando en España como Estado, aunque sea federal, son promesas que carga el diablo. Pero la fuerza del ala neoliberal dentro del PSOE y su sumisión (la de ZP, por cierto) al realismo austericida queda en la memoria de quienes anhelan un cambio de verdad hacia una democracia en la que cuenten como prioridades las necesidades de los más débiles.

Y ahí viene el alivio. El voto puede desempeñar esa función. Como afirmación de mi prioridad y no sólo como expresión de mi impotencia. Es decir para no apoyar a quienes quizá hablen e incluso se lamenten de las situaciones de los parados, los pensionistas, los jóvenes forzados a emigrar, las mujeres que mueren asesinadas todas las semanas, los dependientes que no consiguen sobrevivir dignamente, por no hablar del ninguneo de la cultura y del maltrato a los creadores. Pero que no incluyen ni una línea en los presupuestos para poner remedio a todos esos problemas. Un voto que tampoco irá en apoyo de quienes, por ejemplo, no se comprometan como prioridad con las 5 medidas elementales de política de refugiados propuestas por CEAR en su informe de 2016. Hay que darles donde les duele: que no tengan ni un escaño con nuestros votos

LIERATURA Y CINE EN EL DIA INTERNACIONAL DE LOS REFUGIADOS

Hay muchas maneras de commemorar este 20 de junio, día internacional de los refugiados, porque celebrar, lo que se dice celebrar, no es que haya muchos motivos para hacerlo.

Muchos participarán (si no lo han hecho ayer, en las marchas convocadas para el domingo), en manifestaciones y actos de denuncia, para exigir otras políticas que reconozcan y garanticen eficazmente los derechos de esos nadie, los refugiados, que necesitan del asilo para poder reclamar derechos elementales. Otros meditarán su voto para el próximo domingo y ojalá que decidan negárselo a los partidos que ni siquiera llevan en su programa (y no digamos en las medidas económicas) las iniciativas básicas propuestas por CEAR en su reciente Informe 2016. Pero también existe la posibilidad de aprovechar para leer algunas novelas, visitar una exposición o rescatar algún documental o alguna película que, muchas veces, nos enseñan sobre los refugiados mucho más que densos tratados o manuales.

Muchos de nosotros tenemos en casa, sin saberlo, el primer relato sobre refugiados, el que nos cuenta el Libro del Génesis, 3, 23-24: Y Yahveh Dios echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida”. Según el relato bíblico, los primeros refugiados fueron nuestros progenitores, de modo que la historia de la humanidad comienza con un acto de expulsión y con dos seres humanos a la busca de un refugio fuera de su hogar natal. Pero, si no queremos remontarnos tanto, sugiero la lectura de dos novelas relativamente recientes.

La primera, de Laurent Gaudé, traducida al castellano con el título El Dorado (Salamandra, 2007) nos acerca a la historia de un comandante de guardacostas italiano, Piraci, que desde el puerto de Catania, trata de controlar la llegada de inmigrantes irregulares y refugiados a la puertas de Europa. Después de vivir una experiencia traumática, pues conoce a la madre de un niño al que rescataron ahogado, decide emprender el viaje al revés, es decir, unirse a los inmigrantes y refugiados que tratan de alcanzar ese El Dorado que es para ellos Europa. Ahí la historia se cruza con la de uno de esos millones de inmigrantes, Suleiman, que trata de alcanzar las costas del norte de Africa para encontrar su paraíso europeo.

La segunda, una nouvelle de la multipremiada escritora Maylis de Kerangal, A cet Stade de la nuit, recién publicada (Gallimard, Verticales, 2015) y que he tenido la suerte de poder leer gracias al buen consejo de una impagable amiga. En este cuento se narra en primera persona cómo la protagonista se entera por un boletín de radio, a media noche, del primero de los dos naufragios ante la isla de Lampedusa, que tuvo un coste de 350 personas, a las que todo el mundo se refería como “inmigrantes” aunque pronto advertimos la presencia entre ellos de refugiados. Este cuento tiene el aliciente para los cinéfilos (no digamos para los cinemaníacos, como quien suscribe) de un genial hallazgo de Kerangal, que pone en relación el topónimo Lampedusa con la obra de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, el autor de El Gatopardo. La imaginación de Maylis de Keranga, le lleva a establecer un vínculo entre el naufragio y la maravillosa secuencia del baile en el palazzo Ponteleone, tal como la filmó Visconti en su extraordinaria versión cinematográfica. El baile, verdadero canto del cisne del mundo de Fabrizio, como sugiere con agudeza la misma de Kerangal, es la puesta en escena del fin de un mundo, de una sociedad, de una época que agoniza en su decadencia y que va a ser sustituido por otro, el de la nueva burguesía, que encarnan Don Calogero y su bella hija Angelica. Aunque entre los del viejo mundo hay quienes, como el sobrino del príncipe, Tancredi, tratan de negociar: “Se vogliamo che tutto rimanga come è, bisogna che tutto cambi”. La Europa envejecida, que camina hacia su decadencia, hacia su irrelevancia en la política global, por su empeño en encerrarse en su privilegiado jardín convertido en fortaleza inútilmente amurallada (como ha explicado Wendy Brown), puede bailar esa danza final, ajena a que su oportunidad de rejuvenecimiento depende en buena medida de una política migratoria y de asilo justa, atractiva y eficaz. Pero no, aquí domina la visión instrumental y cortoplacista, porque gobernantes (y medios de comunicación) ceden a la fácil tentación del mensaje simplista de la inmigración y el asilo como amenaza para nuestro privilegiado nivel de vida, para nuestro modo de ser, que les sirve para acarrear el voto del miedo. Por eso, la política europea (y española) de asilo e inmigración es lampedusiana: cambiar algo para que todo siga igual y, sobre todo, que el cambio no nos afecte. Por eso, como el avestruz, creemos que es mejor no tener esa realidad ante nuestros ojos y hacer que se encarguen otros, los no europeos: los propios países africanos, o Turquía, como en el ignominioso acuerdo entre la UE y Turquía por el que, a cambio de 6000 millones de euros y la exención de visados a los ciudadanos turcos, arrojamos a todos los “excedentes” en manos del cada vez menos fiable Erdogan

Y sí, también el cine. Dos ejemplos entre una larga lista (consulten por ejemplo el sitio web de ACCEM, https://refugiadosenelcine.wordpress.com/ ).

El primero, la estupenda y multipremiada  Illégal (2010), del belga Olivier Masset-Depasse, en la que se nos muestra la historia del paso por un CIE (CREA en su versión belga y francesa)  de Tania, una joven inmigrante irregular que es detenida y encarcelada durante un control de documentos, mientras que su hijo logra escapar. En esa historia se advierte cuán fina puede ser la línea roja que aparentemente separa a inmigrantes de refugiados y sobre todo, hasta qué punto es nuestra respuesta la que habría que calificar de ilegal.  La lucha de Tania, una mujer de 39 años de origen ruso, para no ser expulsada de Bélgica, país donde vive y está integrada desde hace muchos años. Durante un control de documentos, es detenida y encarcelada en un centro de detención mientras que su hijo logra escaparse

El segundo, Fuocoammare (2015), la versión ofrecida por el director italiano Gianfranco Rossi, acerca de la tragedia que viven quienes quieren alcanzar Lampedusa, una película que obtuvo el Oso de Oro en la Berlinale de 2016. Rossi se instaló durante año y medio en la isla para seguir las historias de quienes tratan de alcanzar las puertas de Europa a través del canal de Sicilia, la ruta central del Mediterráneo que recorren miles de personas desde las costas más occidentales de Libia. Rossi recogió el premio acompañado por el doctor Pietro Bartlo, del equipo sanitario que trata de ayudar a todas esas personas, y quiso dedicar el galardón a las gentes de Lampedusa, que gritaron vergogna, vergogna! a las autoridades europeas que llegaron a la isla para derramar sus lágimas de cocodrilo tras el primer gran naufragio de 2013. Gentes abnegadas, generosas, como las de las islas griegas de Lesbos o Kos, que hacen lo que ni las autoridades de la UE ni los Gobiernos de nuestros Estados rehúsan hacer.

 

EL BAILE Y EL NAUFRAGIO: EUROPA, HOY, EN EL DIA INTERNACIONAL DE LOS REFUGIADOS

¿Qué se puede añadir, que no esté ya dicho, sobre el infierno que viven los refugiados y sobre la ceguera europea?¿quizá repetir que aquellos que nos parecen un problema irresoluble, los refugiados sirios, son sólo un pequeño porcentaje de los 60 millones de personas que tratan de encontrar un lugar seguro fuera de su hogar? ¿insistir en que no son delincuentes, sino sujetos de derechos cuya garantía es un deber exigible precisamente a nosotros los europeos, porque así lo prometimos y nos comprometimos al firmar Convenios y protocolos que son derecho vigente, obligatorio, en nuestro país, para todos nosotros? ¿comparar el desafío que afronta Europa con lo que les toca asumir a países como Líbano, Jordania, Iraq, Pakistán, Kenia, Somalia? ¿Preguntar una vez más por la suerte de 10000 menores no acompañados llegados a Europa y desaparecidos, según Europol, ante la aparente pasividad de las autoridades europeas, como denuncia una y otra vez Save the children (http://www.europapress.es/internacional/noticia-menos-10000-ninos-refugiados-desaparecido-europa-20160131094942.html ?

En este día mundial de los refugiados, habrá quien insista en la dimensión humanitaria de la cuestión, en su carácter de tragedia. Esa es una imprescindible tarea de información y concienciación. Para ello, bastará con exhibir algunas de las terribles imágenes, videos, documentales, como por ejemplo el que expone ahora el director de Periodismo humano, Javier Bauluz, en el Centro Niemeyer de Avilés, en su imprescindible “Buscando refugio para mis hijos” (http://www.niemeyercenter.org/noticias/1489/javier-bauluz-expone-buscando-refugio-para-mis-hijos-en-el-centro-niemeyer.html ). O volver a escuchar los testimonios de desesperación  de las madres que pierden a sus hijos en el mar, o de los voluntarios de tantas ONGs que entregan su vida, su tiempo, en el esfuerzo de prestar socorro a quien nada tiene.

Algunos escogeremos la vía de mostrar la diferencia entre los deberes que tenían que asumir la UE y los gobiernos de los Estados miembros y lo que han hecho en realidad. Porque eso, creo, es lo más grave de todo, como traté de señalar hace casi un año, en septiembre de 2015, al publicar el libro Mediterráneo: el naufragio de Europa. En ese momento, ya en coincidencia con lo que apuntaban Cécile Duflot, Zygmunt Bauman, Danièle Lochak o Giorgio Agamben, sostuve que lo que los europeos -desde una perspectiva miope- veían como crisis de refugiados, era algo completamente distinto y aún peor que esa tragedia. Hoy casi todo el mundo (menos nuestros ensimismados gobernantes) está de acuerdo en ello y esta crítica es moneda común. No, lo que sucede ante nuestros ojos no es sólo ni aun principalmente una crisis humanitaria. Naufraga la credibilidad del proyecto europeo, por la opción por un modelo de fortaleza privilegiada para los que somos de aquí, que abandona el compromiso de hacer de Europa un santuario del Estado de Derecho, un espacio de libertad, seguridad y justicia que se mueve por el ideal de la lucha por los derechos, derechos de todos, derechos para todos. Quiero decir que lo que está en juego (y lo ha señalado entre nosotros, por ejemplo, Itziar Ruiz Giménez) es nuestro compromiso con la protección de los derechos, que parece pasar de un compromiso universal a una obligación selectiva, que deja fuera del paraguas de protección jurídica cada vez a más seres humanos, en línea con el proceso de expulsión denunciado por Saskia Sassen como efecto inevitable de la actual fase del modelo neocapitalista de mercado global.

Europa ha cerrado los ojos casi hasta ayer, como un avestruz. Tuvimos un primer aviso en 2013. Nos negamos a tomarlo en serio. Mientras naufragaban no sólo los refugiados, sino también eso que es la razón de ser de Europa, la lucha por los derechos y el imperio de la ley, nosotros bailamos, ajenos al fin de una época. Esa imagen no es mía. La tomo prestada de uno de los mejores relatos sobre esta crisis, la nouvelle de Maylis de Kerangal À ce stade de la nuit, que he tenido la suerte de leer gracias al consejo de una imprescindible amiga. Un cuento que, a partir de una noche de desvelo de su protagonista, el 3 de octubre de 2013, acierta a establecer la relación entre el naufragio y el baile que es el fin de una época, mediante el vínculo entre dos Lampedusa.

Una, claro, es la isla más próxima a la costa norteafricana, al sur de Sicilia. Lampedusa, frente a la que, en esa madrugada, perdieron la vida en un naufragio 350 refugiados e inmigrantes. Esa noticia, transmitida por la radio, sorprende a la autora al filo de la media noche. Y advierte lo que va a suceder: Lampedusa desde ese momento es sinónimo de tragedia, que golpea inopinadamente a la opinión pública europea, ciega frente a esa aventura de riesgo que es cruzar el Mediterráneo en las embarcaciones de desecho que utilizan las mafias ( http://www.infolibre.es/noticias/opinion/2013/10/06/malditos_duelos_8391_1023.html ) Y aunque al principio se hablaba sólo de inmigrantes, las nacionalidades de los fallecidos (eritreos, somalíes, libios), abren los ojos a lo que en el lenguaje técnico-burocrático se designa como flujos mixtos, para admitir que están llegando –y muriendo- también refugiados. Lampedusa y sus habitantes, simbolizados en la enérgica alcaldesa, Giusi Nicolini, es también muy pronto sinónimo de la revuelta de los ciudadanos europeos de a pie, frente a la hipocresía y la falta de voluntad política de los gobernantes europeos, que derraman lágrimas de cocodrilo y dejan pasar el tiempo para que se olvide la responsabilidad al menos por omisión (http://alrevesyalderecho.blogsinfolibre.es/?p=1863 ). Lampedusa es el grito, vergogna, vergogna! con el que esa población increpa a los Durao Barroso y demás gerifaltes que parecen carecer del sentido del respeto a la vida de quienes, en definitiva, no votan y, por tanto, no existen. Un deber sagrado, el de prestar socorro para salvar las vidas en el mar, que las gentes de la isla, como todos los pueblos marineros, tienen como imperativo sagrado de conducta desde tiempo inmemorial.

Pero el topónimo reenvía también a Giuseppe Tomasi di Lampedusa, el autor de El Gatopardo. La imaginación de Maylis de Keranga, le lleva a establecer un vínculo entre el naufragio y la maravillosa secuencia del baile en la extraordinaria versión cinematográfica de Visconti (en la colección Cine y Derecho, el libro ha sido objeto de un análisis interesantísimo por parte de los profesores Jorge Correa y Sergio Villamarín). Nadie que haya visto el film puede olvidar la larga secuencia de ese baile en el palazzo de Pontoleone, en el que brilla un extraordinario grupo de actores, encabezado por un Burt Lancaster, el aristócrata del cine, insuperable en el papel de Fabrizio, el príncipe de Salina (antepasado del propio Lampedusa). El baile, verdadero canto del cisne del mundo de Fabrizio como sugiere con agudeza la misma de Kerangal, es la puesta en escena del fin de un mundo, de una sociedad, de una época que agoniza en su decadencia y que va a ser sustituido por otro, el de la nueva burguesía, que encarnan Don Calogero y su bella hija Angelica. Aunque entre los del viejo mundo hay quienes, como el sobrino del príncipe, Tancredi, tratan de negociar: plus ça change, plus c’est la même chose, que dejó escrito Alphonse du Karr antes de que Lampedusa ponga en boca de Tancredi su famoso “Se vogliamo che tutto rimanga come è, bisogna che tutto cambi”.

La Europa envejecida, que camina hacia su decadencia, hacia su irrelevancia en la política global, por su empeño en encerrarse en su privilegiado jardín convertido en fortaleza inútilmente amurallada (como ha explicado Wendy Brown), puede bailar esa danza final, ajena a que su oportunidad de rejuvenecimiento depende en buena medida de una política migratoria y de asilo justa, atractiva y eficaz. Pero no, aquí domina la visión instrumental y cortoplacista, porque gobernantes (y medios de comunicación) ceden a la fácil tentación del mensaje simplista de la inmigración y el asilo como amenaza para nuestro privilegiado nivel de vida, para nuestro modo de ser, que les sirve para acarrear el voto del miedo.

Por eso, la política europea (y española) de asilo e inmigración es lampedusiana: cambiar algo para que todo siga igual y, sobre todo, que el cambio no nos afecte. Por eso, como el avestruz, creemos que es mejor no tener esa realidad ante nuestros ojos y hacer que se encarguen otros, los no europeos: los propios países africanos, o Turquía, como en el ignominioso acuerdo entre la UE y Turquía por el que, a cambio de 6000 millones de euros y la exención de visados a los ciudadanos turcos, arrojamos a todos los “excedentes” en manos del cada vez menos fiable Erdogan.

Claro que todo es susceptible de empeorar: acabamos de escuchar a Sarkozy, que ha recogido la vieja idea que expuso Aznar en el Consejo Europeo de Sevilla de 21 y 22 de junio de 2002: llevar los hotspots de selección de inmigrantes y refugiados y también los propios CIE al otro lado del Mediterráneo. Así no nos molestarán las imágenes de masas de desarrapados acosando nuestras fronteras, como las del poster del UKIP exhibido por Neil Farrage como falaz argumento para apoyar el Brexit

 

Frente a esos mensajes que, por su simplificación, calan fácilmente en la opinión pública, no podemos combatir con buenismo a su vez simple, del tipo del bienintencionado pero estéril hagstag #Mediterranisomriure. No, no basta con sonreir y animar a ser felices. Hay que denunciar que esta política de asilo y sus instrumentos, son graves violaciones de derechos y, en realidad, destruyen el derecho de asilo. Así lo ha hecho la organización MSF, que ha anunciado su renuncia a seguir recibiendo subvenciones de la UE mientras ésta siga practicando esta inaceptable política migratoria y de asilo (www.msf.es/actualidad/la-externalizacion-del-control-migratorio-practicada-europa-sienta-peligroso-precedente ).

Sobre todo, hay que garantizar un derecho imprescindible para millones de personas que buscan la protección más elemental, la que les garantiza el sistema de derecho internacional de asilo, porque les ofrece ante todo el derecho a tener derechos. Eso significa cambiar la política europea y española de asilo. No nos equivoquemos: eso debe empezar por cambiar a los gobernantes europeos en cada país. Para sustituirlos por otros, como Justin Trudeau que ha creado en su Gobierno un Ministerio de Refugiados, Inmigración y Ciudadanía y ha hecho de Canada un santuario al que llegarán en 2016 más de 50.000 refugiados sirios (http://alrevesyalderecho.infolibre.es/?p=4511 ).

Así, deberíamos exigir el compromiso de los partidos que piden nuestro voto el próximo domingo 26 de junio con las cinco medidas mínimas propuestas por CEAR en su reciente informe 2016 Las personas refugidas en Europa y en España (se puede descargar aquí: http://www.cear.es/wp-content/uploads/2016/06/Informe_CEAR_2016.pdf ), como primer paso en la política de refugiados:

1. Retirada del apoyo de España al acuerdo entre la UE y Turquía. Exigir la inmediata suspensión de su aplicación e impugnarlo de forma asimismo inmediata.

2. Inmediata reubicación en España de los refugiados que se encuentran en Grecia e Italia, en el número y procedimiento acordado para nuestro país.

3. Inmediata puesta en marcha de vías legales y seguras para el acceso al derecho de asilo, mediante la recuperación de la posibilidad de solicitud en embajadas y consulados, emisión de visados humanitarios, flexibilización de los requisitos para reagrupación familiar, cumplimiento de los compromisos sobre reasentamiento, que deben ser ampliados con generosidad.

4. Eliminación inmediata de los obstáculos para el derecho de asilo: acabar con las devoluciones ilegales en las fronteras de Ceuta y Melilla y supresión de la exigencia de visado de tránsito aeroportuario a lo sirios.

5. Aprobación inmediata del Reglamento de asilo pendiente desde 2009 y trasposición inmediata de las directivas de asilo aún pendientes.

Lo que propongo al lector es, sencillamente, que hagamos algo por los refugiados: algo tan sencillo como no apoyar con nuestro voto el próximo domingo a ningún partido que no adquiera al menos esos compromisos.