QUÉ HACER TRAS LA CONMOCIÓN (Informe UCO sobre Santos Cerdán y la red de corrupción en la cúpula del PSOE)

Es difícil expresar la indignación y el desencanto que ha provocado entre los militantes socialistas el demoledor informe de la UCO que conocimos ayer, por más que algo se venía adelantando en forma de rumores que la mayoría nos negábamos a creer y achacábamos a una estrategia de guerra sucia contra el gobierno. Soy uno de los que ayer quedó conmocionado ante la sucesión de noticias.
 
Pues bien, siento decir que la respuesta que ofreció ayer el secretario general del partido y presidente del gobierno me parece muy insatisfactoria. Ante todo, porque si bien en buena lógica, intervino como secretario general del partido, sin embargo obvió el impacto de esta red de corrupción en el gobierno.Lo que desvela el informe de la UCO afecta ante todo al partido, pero tiene unas importantes, gravísimas consecuencias sobre la credibilidad del gobierno. Esto no es sólo un problema del partido, porque hablamos no sólo de dos secretarios de organización y un militante de confianza, sino de dos personas que han tenido responsabilidades políticas de primer orden (por ejemplo, en negociaciones parlamentarias clave, como la negociación con Junts o con Bildu))
Por eso, a mi juicio, es un error grave pensar que la respuesta se puede quedar en el cese inmediato de Cerdán (era obligado, pero es verdad que otros partidos, como el PP, no actúan así), en una petición de perdón a la ciudadanía y a la militancia, teñidas de victimismo y en unas promesas de auditoria y reajuste de cargos. Menos aún, en estimular una reacción del partido como la que se ha buscado: la típica respuesta de carácter eminentemente centrípeto y victimista, fideísta y acrítico, la de cierre de filas con el lider, como la que algunos parecen promover: basta ver el cartel del PSC: «todos con Pedro Sánchez». Si esa es toda la respuesta, a mi juicio eso significaría cerrar en falso una gravísima herida.
 
Hay que recordar lo fundamental:  este gobierno nació como una respuesta de esperanza, frente a una situación insoportable de corrupción, protagonizada por los gobiernos del PP (los valencianos lo sabemos bien). Este segundo y gravísimo caso que hemos conocido afecta a un grupo de militantes socialistas que encabezan tres personajes (Abalos, Cerdán y  Koldo García) que han tenido un indiscutible protagonismo político, más allá de sus responsabilidades internas en el partido. Y, en particular, el señor Santos Cerdán, que no tenía cargo en el gobierno, pero sí una responsabilidad importantisima, hasta encarnar un papel decisivo en las negociaciones con Junts y Bildu, sin las que no habría habido investidura, ni se habrían superado dificilísimas situaciones parlamentarias.
 
A mi juicio, es imposible y aun peor, suicida, dejar de lado la responsabilidad in vigilando del secretario general del partido y presidente del gobierno ante estas actuaciones. El alcance de esa responsabilidad debe guardar proporción con el daño que se ha causado y que, probablemente, no se va a quedar en lo que conocimos ayer. La sombra de corrupción se cierne sobre importantísimas decisiones en materia de gestión de obras públicas, y no en una comunidad autónoma sólo (Navarra, que controlaba orgánicamente Santos Cerdán y ahora proyecta su sombra ominosa sobre esa federación, algo tremendamente injusto para la inmensa mayoría de sus militantes), sino en toda España…
 
Por encima de los personajes concretos, de los intereses de las personas, están los intereses superiores: hay que pensar en cómo limpiar la grave herida en la credibilidad del partido y del gobierno y su impacto en la confianza que la ciudadanía nos ha depositado. Nadie está por encima de esos intereses superiores: si pensáramos que alguien es imprescindible para el partido, para el gobierno, para el país, no estaríamos en una democracia, sino en un régimen caudillista.
 
Porque, sobre todo, lo que hay que evitar es el descrédito para la democracia («todos los políticos son corruptos»), que es el terreno abonado para que prospere la extrema derecha y quienes, como el PP, hoy por hoy, dependen de ella.
Quiero dejar clara mi posición: yo no tengo miedo a la alternancia en el poder, porque ese es el juego democrático. Pero sí me espanta, aquí y ahora, un escenario tan verosímil como terrible: el de un gobierno de la derecha que sería dependiente absolutamente de una extrema derecha antidemocrática, anticonstitucional, antieuropea, xenófoba, racista, antifeminista, como es VOX. No quiero para mi país un horizonte político como el de Orban, Milei o Trump.
Hay que actuar con claridad y decisión, para evitar ofrecerle a la extrema derecha un impulso decisivo para su llegada, en 2027 o antes. Altura de miras, por encima de la voluntad personal de resiliencia.eso,
 
A mi juicio, esa altura de miras quiere decir como mínimo lo siguiente:
1) Pedro Sánchez, como presidente del gobierno, debe someterse a una cuestión de confianza, esto es, debatir con transparencia en el Parlamento de modo que quede claro si el gobierno cuenta con mayoría parlamentaria tras esta conmoción. A mi juicio, la ganará, aunque más por defecto (por evitar que caiga este gobierno y se de paso a unas elecciones de resultado incierto, si no problemático) que por un apoyo positivo a un proyecto de gobierno hasta 2027 que, en todo caso, se tendría así la oportunidad de concretar. Pero lo importante no es el resultado de esa votación, sino practicarla como muestra de respeto a las Cortes, en una situación extrema como la que vivimos.
2) Pedro Sánchez, como secretario general del partido, debe poner el cargo a disposición ante el Comité Federal, máximo órgano entre congresos y en su caso, conducir al partido a un congreso extraordinario que de a los militantes la posibilidad de renovar a fondo la dirección del partido. A mi juicio, si esto no se hace, el partido sufrirá un deterioro muy grave, del que quizá no se recupere en una o dos legislaturas.
 
Hay una alternativa: convocar elecciones generales anticipadas. No creo que suceda, porque perjudicaría enormemente al PSOE, a sus socios de gobierno e investidura y propiciaría con toda probabilidad un gobierno del PP, dependiente en grado extremo de VOX. una hipótesis, a mi juicio, terrible.

Un comentario en «QUÉ HACER TRAS LA CONMOCIÓN (Informe UCO sobre Santos Cerdán y la red de corrupción en la cúpula del PSOE)»

  1. Muy de agradecer Don Javier su lúcida opinión y reflexión, lo mejor que uno puede leer y pensar ante éste maremágnum, y cómo tras ésta tempestad puede venir otra peor, que no la calma, de no tomar esas medidas que Usted, Profesor, propone, y cuanto antes. Una situación muy lamentable y dolorosa, que como certeramente apunta, no puede quedar en las personas, que también, claro es, , sino en ese interés superior que debe ser la pureza de la Democracia, el imperio de la Ley y el Derecho, analizado de forma exquisita -como es habitual en sus estudios- ya en 1981 en su trabajo «Por qué obedecer las leyes de la mayoría». Mal que nos pese, si esa mayoría electoral no se acomoda a nuestra ideología, a nuestras necesidades y aspiraciones, y se produce ese deterioro que lamentaremos mucho acaso por largo tiempo. Que no cunda el descrédito de la «Polis» identificándola con nada menos que la corrupción. Que las medidas que se adopten proporcionen la fiabilidad , seguridad y tranquilidad al ciudadano de la Ética y la Política que le gobierna.

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