La actriz puede alegar, como ha hecho, que todo es fruto de una campaña contra su candidatura al oscar como mejor actriz, lo que no es en absoluto descartable, pero eso no debe desviar nuestra atención de lo realmente importante: el papel activo y beligerante de la señora Gascón en la difusión durante bastante tiempo (años atrás, es cierto) de una narrativa tóxica, de discriminación y de odio, con mensajes racistas, xenófobos, unos hechos que son graves.
Lo que no puede ocultar la actriz es que escribió reiteradamente mensajes xenófobos, racistas e islamófobos que, quizá, de no tratarse de una persona trans, podrían haberle supuesto una denuncia por mensajes de odio, como sucede respecto a los que se dirigen de forma habitual contra miembros del colectivo LGTBI o, de forma genérica, contra quienes tienen orientaciones sexuales no mayoritarias. Los escribió, los difundió en la red antes twitter y hasta ahora no se había arrepentido de ellos, ni los había borrado.
La lección es sencilla, pero trascendente, tal y como dejó escrito Primo Levi: el mero hecho de ser víctima, no ennoblece a nadie. Dicho de otro modo, pertenecer a una minoría discriminada no es garantía de ser un defensor de los derechos humanos de todos, ni tampoco puede ser entendido como una patente de corso que sitúe a las víctimas por encima del bien y del mal, al margen de la crítica y al margen de la misma exigencia de respeto de los derechos, para todos. Las víctimas de discriminación y prejuicio, que merecen todo nuestro respeto y apoyo, pueden ser victimarios e incluso victimarios extremos. Lo sabemos bien. Daniele Giglioli, en un ensayo que conviene releer Crítica de la víctima (2016), expone esa lógica que pretende sacar rédito de la condición de víctima.
Al final, cada persona es responsable de sus actos y no vale escudarse en el hecho de haber sufrido discriminación para tratar de evitar la crítica por incitar a la discriminación, con mensajes que causan vergüenza e indignación cuando se leen. Esos mensajes, escritos por quienes habitualmente discriminan, concitan una respuesta de condena unánime. Pues bien, esa respuesta es la misma que merecen los mensajes deleznables de la actriz…
Además, y a mi juicio, su modo de proceder, su respuesta a esta difusión de sus mensajes hoy, pone en entredicho a la actriz en su petición de perdón que, en todo caso, debe ser bienvenida. El hecho de que sólo ahora, cuando su revelación puede costarle el premio, la actriz haya decidido salir de twitter (ahora X) y pedir perdón de una manera digamos que vergonzante, porque pone por delante su condición de persona trans y enfatiza que se trata de una campaña contra la candidatura, pone de relieve lo que no ha hecho: ante todo, tendría que haber pedido perdón sin más y dejar claro que hoy no sostiene esas tesis racistas, xenófobas, que son mensajes de odio y de discriminación y una exhibición de ignorancia y prejuicio pòr parte de una persona que lleva como estandarte su lucha contra el prejuicio y la discriminación. Sí, pero cuando le afecta a ella o a la minoría. la que pertenece. Precisamente por haber sufrido discriminación y prejuicio es más grave haberlos sostenido.