AFRONTAR LA PANDEMIA COMO CIUDADANOS, NO COMO SÚBDITOS: SIN SUMISIÓN, PERO CON UNIDAD DE ACCIÓN, SOLIDARIDAD Y CAPACIDAD DE AGRADECIMIENTO (24 marzo 2020)

Los amigos de Infolibre lanzaron una campaña cuyo lema resume lo que, a mi juicio, debe ser la actitud, la disposición de los ciudadanos que no tenemos competencia científica ni tampoco formación que nos sitúe en la primera fila del enfrentamiento con esta pandemia: SE TRATA DE SUMAR. La suma no es sumisión: esa es otra razón por la que me cuento entre los que se niegan a utilizar el lenguaje, la retórica de guerra. Y eso no tiene nada que ver con mi reconocimiento al trabajo que están realizando ahora las Fuerzas Armadas. Pero no nos convienen, creo, el lenguaje, los argumentos de guerra, de enemigo. Como escribía mi compañero y amigo Francesc Bayarri ayer, «no hay guerra; hay una pandemia que se resuelve con gestión política, ciencia y solidaridad»

Escribo estas líneas después de que ayer mantuviera una intensa discusión con amigos a los que quiero y admiro, sobre la multiplicación de las demandas de responsabilidad al Gobierno por su gestión desde finales de febrero. Por mi parte, abandoné la discusión con un sabor amargo, ante la sensación de que -no explícitamente, pero sí con insistencia en argumentos que, a mi juicio, son generalizaciones indebidas- al final nada menos que se echaba sobre los hombros del Gobierno la responsabilidad directa de los más de dos mil muertos que ya hemos lamentado a día de hoy. Eso me parece una injusticia brutal.

Trataré de dejar clara mi posisición. Por supuesto que el Gobierno ha cometido errores y los cometerá. Y como son errores en la gestión de gobierno, son y serán errores con consecuencias importantes. COMO CUALQUIER GOBIERNO EN CIRCUNSTANCIAS EXCEPCIONALES.

Por supuesto que es imprescindible que haya libertad de expresión y crítica y que no se anule la tarea de control del Gobierno por las Cortes generales. Soy partidario de que, si no se puede modificar la presencialidad eixigida a las sesiones del Congreso, se habilite una comisión de seguimiento y por tanto de control durante la crisis.

Dicho todo ésto: respaldo y respaldaré, como no puede ser de otra manera, la unidad de acción del Gobierno de coalición que preside Pedro Sánchez. Es lo razonable en una situación tan excepcional como esta. Añado que estoy orgulloso y agradecido por los esfuerzos que realiza con el fin absolutamente prioritario de salvar vidas. ¿Alguien puede pensar, en serio, que no es ese su objetivo? que no trabajan para conseguirlo? que no les importan las muertes?

Y, desde luego, estoy agradecido al equipo reducido de crisis con el Presidente y los ministros de Defensa, Interior, Sanidad y Movilidad y Transportes y la comisión que está haciendo frente a la peor pandemia que hemos conocido en un siglo.

El Gobierno, todos nosotros, necesitamos, desde luego, la crítica que consiste en poder formular que se hagan propuetas constructivas que mejoren la gestion y corrijan los errores. Que permitan una mejor coordinación. Que contribuyan a poner a salvo al personal sanitario. Que consigan que llegen todos los medios y los instrumentos a todos los hospitales en todas las comunidades autónomas.

Lo que no necesitamos son críticas que no aportan más que frustración y enfrentamiento -cuando no el insulto- y son selectivas en cuanto a los errores del pasado. ¿Qué pasado hay que tener en cuenta para explicar las dificultades y errores de gestión ante la pandemia? ¿Sólo hay equivocaciones a partir del mes de febrero de 2020? ¿No arrastramos las gravísimas consecuencias del derribo a los medios públicos en sanidad (como en educación) que denunciaron las mareas blancas -los profesionales de la salud- durante el Gobierno Rajoy, esto es, recortes de 6.000 millones anuales en Sanidad, 42.000 millones en 7 años (los mismos que ahora culpan a los demás de que faltan médicos, enfermeras, respiradores y equipos de protección)? ¿Nos remontamos a los errores del Gobierno Zapatero y a la reforma constitucional para la regla de oro del déficit? ¿Vamos hasta la segunda legislatura de Aznar que derribó lo publico y puso los cimientos de la corrupción generalizada? …

Máxima información y claridad para ciudadanos, que somos adultos, sí. Comisión de seguimiento, sí. Apuntar los errores para pedir responsabilidades y corregirlos, también. Sentar las prioridades de inversión y financiación para que los servicios públicos, comenzando por la sanidad y la educación funcionen mejor, más coordinada e igualitariamente en todas las CCAA, desde luego. Pero ahora, sobre todo sumemos. Aportemos positivamente en la respuesta a esta pandemia gravísima. Y demos las gracias a todos los que merecen nuestro reconocimiento.

Por todo eso, quiero sumar. René Char, un extraordinario poeta cuyo descubrimiento debo a un buen amigo, Sami Nair, tiene un poema, “qu’il vive!” que me gusta repasar en estos días. Recojo estos, torpemente traducidos: “en mi país, no se toma más que aquello que se puede devolver con creces…en mi país, se dan las gracias”. Es mi manera de contribuir, insisto a la ya mencionada y a mi juicio oportunísima iniciativa de Infolibre, #QuieroSumar. por cierto: gracias por esta campaña, gracias como socio y colaborador de este estupendo ejemplo de periodismo libre, crítico y solidario, gracias como lector, gracias como ciudadano.

Los que no tenemos otra cualificación, otra manera de ayudar que la de ejercer en estas semanas el papel de solitarios solidarios, rememorando a Camus, sí podemos hacer esto que ejemplificamos a las ocho de la tarde, desde balcones y ventanas: dar las gracias a todos los que están dejando su vida en salvar vidas. Y también a todos esos trabajadores callados, de camioneros a cajeras y reponedores, pasando por panaderías y farmacias, que siguen permitiendo que nuestra vida cotidiana siga, aun en estas condiciones excepcionales.


Y una petición: esta conciencia de que nos encontramos ante una amenaza más que global, común a todos, no puede hacer que olvidemos que, pese a todo, somos unos privilegiados. Que millones de personas aquí, pero sobre todo en otras partes de mundo, hacen frente al coronavirus en condiciones terribles, dificilísimas que empequeñecen nuestras incomodidades. Ojalá que la solidaridad no se encierre en un pequeño “nosotros.»

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