EL PREMIO NOBEL Y LOS ANIMALISTAS, ENEMIGOS DE LA LIBERTAD

Que Mario Vargas Llosa quiera presentarse como el adalid del liberalismo, es una manía como otra cualquiera. En mi opinión, la norme calidad de su prosa no se corresponde con sus confusiones conceptuales en torno a la democracia liberal. Pero l que da pena es que dedique su privilegiada tibuna de los domingos en El País para, como ayer, difndir falacias que trata de pasar por argumentos obvios. Así sucediía en esta tribuna en la que intentaba argumentar con torpes falacias la tesis de que quienes tratan de poner coto a la crueldad, también la crueldad contra los animales, sean enemigos de la libertad.

Lo más contradictorio es que alguien que niega la relevancia moral de las tradiciones idiosincráticas, las aduzca como argumento de peso. Por muy multiseculares e identitarias que sean las peleas de gallos o las corridas de toros, no dejan de ser tradiciones crueles, bárbaras. Digo bárbaras porque, a mi juicio, la civilización, entendida como lo contrario de la barbarie, tiene como emblema la lucha contra la violencia, contra la crueldad. a Vargas le vendría bien leer a Publio Ovidio Nasón, que dejó escrito mucho antes de que otros poetas y filósofos lo adujeran, ese fundamental alegato: «saevitia in brutos est tirocimium crudelitatis in homines». La crueldad, la violencia, se aprende e inculcar en los niños que se puede practicar impunemente con los animales es la vía para hacerles pensar que tampoco pasa nada por ser cruel con los seres humanos.

Otro día les recordaremos a estos que se autotitulan “resistentes contra el prohibicionismo” en su denostación de las campañas de los animalistas contra las manifestaciones de crueldad «festiva», (el propio Vargas, Savater y epígonos gacetilleros)) , que el progreso que el Derecho ha aportado en la historia de la humanidad se ha conseguido, tantas veces, limitando o aun prohibiendo lo que algunos pretendían que era mero ejercicio de su libertad. Sorprende que estos autoproclamados liberales ignoren la lección elemental de J. S Mill en su On Liberty, donde sostiene que la única limitación justificada de la libertad es evitar causar un daño a tercero. Para evitar ese daño, por mucho que se vista de ropajes tradicionales o de arte, es por lo que, también a mi juicio, hay que exigir razonable y justificadamente, la prohibición de esas prácticas crueles que causan daño a los animales, que lo sienten, lo padecen tienen conciencia de é.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


¡IMPORTANTE! Responde a la pregunta: ¿Cuál es el valor de 13 4 ?