FIESTAS, NEGOCIOS, DERECHOS

Cumplida la primera mitad de la fiesta por excelencia, los San Fermines, se registran cuatro denuncias por agresión sexual, una quinta por un intento y otras siete por abusos. Y doce personas detenidas por la policía, que ha rastreado las innumerables cámaras (sólo después de las denuncias, claro).

Es inadmisible. No me digan que pasa en todas las fiestas. No me digan que ellas provocan e incitan. No me digan que siempre ha sido así, pero que ahora se sabe gracias a la iniciativa del Ayuntamiento, que anima a denunciar. El hecho es que nadie ha pensado en parar la fiesta, aunque sea un día. Nos manifestamos por la noche, y salimos tan contentos de lo feministas que somos.

Admiro y respeto a Uxue Barkos a la que considero una figura insustituible en la vida pública y de otra forma de entender la política. Precisamente por eso, me extraña que hubiera que esperar hasta el lunes 11 por la noche, en la manifestación en la plaza del Castillo, para escucharle una primera condena. Tampoco el alcalde de Pamplona, persona ilustrada y de inequívoca convicción democrática, que se declara (para mi asombro) asqueado pero impotente. ¿Impotente? El alcalde? Y por qué no dimite? Y es que parece que una cosa es la lucha por la autodeterminación y otra parar la fiesta: cualquiera se atreve a poner en cuestión fiesta, tradición y negocio! Ningún político navarro parece advertir qué es lo importante en todo esto: las agresiones sexuales, las violaciones, que suponen una insoportable negación de derechos básicos de las mujeres.

Lo dijo mucho mejor que yo Pedro Blanco en su editorial (“Dáis asco!”) en H25 y por eso termino citándole  “A los hombres deberían repugnarnos todos los hombres que ejercen esa forma indecente de dominación… todos los que callan, todos los que lo justifican, todos los que menosprecian a las víctimas o vitorean a los agresores…Y los demás, todos los demás y los hombres los primeros, deberíamos ser una barrera física, un dique moral con el que contener tanta hombría repugnante. Es necesario denunciar los abusos y señalar a los abusadores, desmontar las coartadas y combatir los clichés y decir bien alto… pero qué asco nos dais!”.

 

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