RECEPCIÓN DE LA DISTINCIÓN DE LA GENERALITAT A LA DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS Y LIBERTADES CONSTITUCIONALES

6 de diciembre de 2016

Bon dia a tothom. Estic molt emocionat i agrahit pel fet de rebre aquesta important distinció de la Generalitat Valenciana.

En ocasiones como esta, un amigo de alguno de nosotros al que es de justicia mencionar en un día como este, en que celebramos el aniversario de la Constitución, Gregorio Peces Barba, al que no dejo de echar en falta, gustaba contar una anécdota de Unamuno…Parece ser que recibía D. Miguel un premio, de manos de Alfonso XIII y en la entrega dijo el filósofo: “gracias, majestad. Es un premio que esperaba y me merezco”. Queda el rey sorprendido y en la copa subsiguiente le pregunta a quien fue rector de Salamanca: “D. Miguel, ¿cómo es que me ha dicho que se merecía el premio?”. “Es que es verdad, majestad; me lo merezco”. “Pero, D. Miguel, cuando doy un premio todo el mundo me dice que muchas gracias, que es un premio inmerecido”. “Es que eso también es verdad, majestad”….

Los voluntarios y el movimiento de la CRUZ ROJA reciben una distinción muy merecida. En mi caso, me limito a decir que la acepto honrado y agradecido, sabiendo que el mío es en gran medida un trabajo de muchos otros…para empezar, de los compañeros del IDHUV, pero también de los compañeros de tantas organizaciones no gubernamentales que luchan por los derechos de los más vulnerables y con las que tengo el orgullo de haber colaborado y colaboro. De tantos amigos, algunos de ellos, profesionales dela política que llevan a cabo si tarea con un compromiso por los derechos humanos de los más vulnerables. Ese es para mí el rasgo distintivo del pacte del Botanic que ha dado lugar a este Govern de la Generalitat que ha sabido tomar iniciativas concretas y dotadas de presupuesto, a favor de los derechos de personas que pertenecen a muchos de esos grupos. Algunos de ellos soportan con elegancia y estoicismo mis críticas, más o menos acertadas. La razón de esas críticas no es negar el reconocimiento por su trabajo, sino pedirles más. Porque nuestra tarea, la de los que estamos en el otro lado, en de los administrados, los justiciables, los ciudadanos, ha de ser siempre pedir más, decir que siempre es posible un esfuerzo más, sin negar el reconocimiento a cuanto se hace bien, o muy bien. Empujar a nuestros gobernantes para que avancen más y mejor en esa tarea.

 

Verán: al fin y al cabo, soy un profesor de filosofía del derecho. No puedo concluir sin un par de citas. Una es de Heráclito, que dejó escrito en un fragmento poco conocido “un pueblo debe luchar por sus leyes como por sus murallas”. Las murallas, las fronteras, sin leyes, sin sujeción al Derecho, son instrumento de desigualdad, de exclusión, de negación de los derechos. Pero es cierto que la defensa de los derechos exige instrumentos de coacción. Es un equilibrio difícil. Pero los derechos deben tener primacía.

 

El otro es Jhering, un jurista del XIX que enseñó que el Derecho es sobre todo lucha por el Derecho, por los derechos diríamos nosotros. Trato de ajustar mi trabajo, como docente, como investigador, y también en mi modesta medida de intervención social, a ese lema que es la única posibilidad de que el Derecho sirva para algo digno y no se convierta en herramienta de desigualdad, de discriminación, de dominación injusta.

 

Para luchar por los derechos hay que trabajar con los demás, crear redes  y no necesaria ni primordialmente esas en las que algunos navegamos. Crear redes no es posible sin contar con nudos, con personas que nos anudan. Todos tenemos la suerte de conocer a algunos. Me permito evocar a Sami Nair, al que debo mucho de mi trabajo y a quien con la ayuda de la Generalitat, esperamos poder incorporar como profesor visitante en nuestro Insituto de derechos Humanos de la Universitat de València, a lo largo de 2017

 

Pero hoy es también un día de fiesta. Un día para hacer algo de lo que nos gusta. A mí, lo que más me gusta es el cine y por eso me voy a atreverá hacerles una sugerencia: vayan a ver Arrival, de Denis Villeneuve. Es a mi juicio una película maravillosa, que nos ayuda sobre todo a entendernos a nosotros mismos, nuestra necesidad de escuchar y entender, comunicarnos con los demás. Para poder negociar nuestros intereses, hay que entender los del otro aprender a escucharles, para saber qué quieren qué queremos, cómo mejorar el entendimiento sin perjudicar los intereses de los demás si ello es posible. Y hay que entendernos a nosotros mismos, que no es poca tarea…

 

Muchas gracias.

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