En pos de Linneo: taxonomías ante las elecciones

Es previsible que, hasta ese día de diciembre decidido por Rajoy, se multipliquen hasta la náusea los “ejes” que sirvan para alinear, clasificar, en definitiva, simplificar eficazmente, a fin de poder mantener el juego maniqueo de rigor en las campañas electorales. Aquí, “los nuestros”: buenos, imprescindibles, cumplidores, en suma, los reyes magos. Ahí, “ellos”: los malos, el caos, o sea, el diablo con cuernos y rabo. Pongan Vds donde quieran izquierda y derecha o centroizquierdaderecha, que parece ser lo que todos quieren encarnar en esta hora electoral.

Es verdad que la cosa se anima. Nuevos Linneos renovaron las taxonomías habituales, sustituyendo las claves izquierda/derecha, y su superación, ese centroloquesea, por otras. Por ejemplo la casta/la gente, o lo viejuno/los jóvenes. Parece que después de un ingenuo entusiasmo de 9 meses, los gurus de la comunicación dan por enterrada la primera y nos anuncian la epifanía de la segunda, encarnada en los rozagantes Rivera & Co. Algo que, para cualquiera que tenga la más mínima experiencia, no es otra cosa que le enésima versión del truco de autoerigirse como el cambio, una apuesta segura frente a la aburrida continuidad.

Esta semana, más que nada para entretenernos, propongo a los lectores que juguemos a identificar a los representantes de otro eje. Se trata de dar con los políticos que, para utiizar un parónimo que explicó muy bien Javier Muguerza hace treinta años y que hoy es de uso común, llamamos “cosmopaletos”. Esa versión corrompida de los aspirantes a cosmopolitas, afanados en distanciarse del ombliguismo de campanario del ojo ajeno y que no advierten el otro campanario, el del propio. Gente que nos promete insertarnos de una vez en la globalización y la enésima modernidad ese mundo que ellos ven tan ejemplar como ancho y que, en realidad, nos es ajeno en muchos sentidos. Ajeno por lejano e ignorado. Ajeno porque nos enajena de lo real, de lo concreto. Ajeno porque nunca será nuestro, sino de los que lo manejan.

Líderes/lideresas aplaudidos con fervor por analistas, comunicadores juntaletras y celebrities de toda laya, de esos que se autodenominan “intelectuales” porque han descubierto la verdad y la belleza en sus visitas a Nueva York, Paris, Berlín, Oxford o Mongolia exterior, vamos. Y que, por recuperar un tópico (nihil novum sub sole, en fin), han inventado algo tan viejo como el “menosprecio de aldea”.

En fin: a jugar! Y no se quejen porque, como en el programa de Ibáñez Serrador ya les he dado algunos nombres: un, dos tres, responda otra vez, Pablo Casado, Irene Lozano, Carolina Punset.

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