UN HOMENAJE A CARMINA VIRGILI. PARIS, 9 abril 2015

  • El acto de homenaje a Carmina Virgili al que he asistido hoy en Paris ha sido un ejemplo de una actividad oportuna y bien organizada. Hay que agradecérselo a Juan Ojeda, el director del Colegio, y a los trabajadores del Colegio, en particular a la responsable de actividades culturales, la siempre inteligente y eficaz Stéphanie Migniot. El documental con la entrevista a Carmina (un trabajo excelente de dos residentes del Colegio), la muestra tal como era, con su inteligencia y con una energía que tantas veces desbordaba a los demás y resultaba difícil de seguir. Me ha emocionado su recuerdo a Gregorio Peces-Barba, con quien mantuvo una gran amistad y compartió lucha antifranquista (entró en el PSOE por mediación de gregorio, poco antes de ser elegida Decana de la Facultad de Ciencias Geológicas y su «jefe» político en PSOE Universidad, en Madrid, fue Alfredo Pérez Rubalcaba, que luego se convertiría en su jefe de Gabinete cuando fue nombrada Secretaria de Estado de Universidad). También Carmina y Gregorio actuaron juntos en la defensa de esudiantes y compañeros en los procesos del franquismo contra los universitarios que se enfrentaban a ese régimen dictatorial y se jugaban la libertad y a veces la integridad física o incluso la vida. Y su sentido del humor y su reivindicación de la igual condición de las mujeres en la universidad, su profesión. Estupenda, por brillante, aguda y cariñosa, la intervención de Alfredo Pérez Rubalcaba, que mantuvo con ella una relación personal y profesional durante cuarenta años, que, como el mismo decía, sobrevivió al hecho de que unas veces él era el superior jerárquico y otras ella, un verdadero test de sinceridad , aprecio y lealtad. Ha evocado lo que aprendió de Carmina (su rigor, su capacidad de trabajar en equipo, su reivindicación del papel de las mujeres en un contexto brutalmente machista…) y me ha chocado que entre otras cosas más obvias, haya subrayado esto, el amor por la propia lengua y cultura; en el caso de Carmina, el catalán: «fue la lengua en la que hablé por primera vez con alguien, con mi madre; me entristece mucho que no se la respete, que no se entienda el amor y aprecio por ella». Como profesor y conferenciante, en plena forma.

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